Cama. Sexo. Excitación. Orgasmo. Desafortunadamente, lograr este último no siempre es fácil. E incluso cuando llegas al clímax, no siempre puedes tener un orgasmo que te haga ver estrellas. No hay reglas ni fórmulas matemáticas para lograr constantemente un final feliz en las relaciones sexuales. Y debido a que siempre hay margen de mejora en todo en la vida, no está de más probar algunas formas de intensificar este momento de placer extremo. Siga leyendo para crear una explosión de sensaciones para su próxima gran O.
¿Estamos todos lo suficientemente audaces como para dejar nuestros juguetes sexuales por ahí? Tal vez preferimos esconderlos en cajones debajo de la cama, donde es poco probable que alguien los encuentre. La vergüenza probablemente surge del hecho de que la sociedad nos inculca lo que deberíamos y no debemos hacer y decir, particularmente con nuestros cuerpos.
El juego anal es una forma emocionante de darle vida a tu vida sexual, y los juguetes anales son una forma segura y placentera de explorar nuevas sensaciones en esta zona erógena. Debido al estigma que todavía existe en torno a esta forma de juego, existen muchos conceptos erróneos sobre los juguetes anales.
¿Qué pasa si el camino hacia la curación no siempre está lleno de silencio, quietud o soledad, pero con vibración, calor y liberación? En una época en la que finalmente se habla de salud mental abiertamente, una nueva forma de terapia está aumentando del lugar más inesperado: el cajón del dormitorio.
Explorando el bienestar sexual: la ciencia detrás de los chorros En los últimos años, las discusiones sobre la salud sexual femenina se han movido más allá de los tabúes, convirtiéndose en un foco de investigación médica y social. Entre estos temas, los chorros, un fenómeno a menudo envuelto en misterio, ha provocado una curiosidad generalizada.
Usar el juego de roles en el dormitorio es mucho más que consentir su fantasía larga y tácita sobre ese guardián de tráfico que una vez lo multó.