El masoquismo se menciona a menudo en relación con prácticas sexuales centradas en la gratificación y el placer del dolor. Una persona es considerada masoquista si experimenta placer o satisfacción sexual cuando otra persona le inflige dolor o realiza actos humillantes. El masoquismo no siempre es de naturaleza puramente sexual. Algunas personas obtienen placer de las conversaciones degradantes.
Si se trata de un escenario preestablecido, la otra persona también puede experimentar placer a través del sadismo, es decir, infligir dolor o degradación emocional, aunque esto no es un requisito. La combinación de estas dos prácticas se llama sadomasoquismo. En el automasoquismo, los individuos se lastiman o humillan a sí mismos sin involucrar a los demás.
¿Por qué la gente se vuelve masoquista?
Las razones por las que las personas disfrutan de ser humilladas o castigadas pueden ser variadas. Con el tiempo, pueden desarrollarse ciertas fantasías, que inicialmente se excitan durante la masturbación, y que luego pueden manifestarse como preferencias masoquistas cuando se llevan a cabo con una pareja. Desde una perspectiva psicológica, las ansiedades y los mecanismos de defensa también pueden subyacer a estas fantasías, a menudo derivados de un trauma o depresión infantil.
¿Qué le gusta a un masoquista?
Los masoquistas pueden disfrutar de ser golpeados, inmovilizados, azotados o simplemente humillados mediante palabras y acciones. Algunos encuentran placer en lamer la suela de un zapato, mientras que otros disfrutan siendo insultados o encerrados por un tiempo determinado. Prácticamente no hay límites para estas fantasías, y algunos masoquistas se infligen dolor a sí mismos o se degradan en la vida cotidiana al hablar negativamente de sí mismos y mostrar una culpa excesiva.
¿Es el masoquismo un trastorno sexual?
Si el masoquismo no se percibe como una carga en la vida cotidiana, no se considera un trastorno sexual. Se trata entonces de una preferencia sexual que se ejerce solo o con una pareja dentro de límites previamente acordados. En la comunidad BDSM, esto se conoce como "acciones seguras, sensatas y consensuadas". Sin embargo, cualquier persona que sufra pensamientos masoquistas debe buscar apoyo psicológico.