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Una guía para el placer, el confort y la higiene durante la menstruación

2025-12-11

¿Sabes qué es salvaje? La parte de tu ciclo en la que tu cuerpo está más preparado para la conexión es la que nos han enseñado a evitar.

En algún lugar entre las incómodas advertencias de las clases de salud y las bromas en el vestuario, aprendimos a tratar el sexo menstrual como algo sucio: una fase para esconderse, una semana para desaparecer.


Pero tu cuerpo no se rompe cuando sangra. Está trabajando, cambiando, liberando, renovando. Es lo más honesto. Y cuando te permites experimentar placer en ese estado (suave, crudo, un poco desordenado) no estás siendo rebelde. Estás siendo real.


No hay nada antinatural en el sexo menstrual. De hecho, tu cuerpo está prácticamente hecho para ello. Con un poco de comunicación, preparación y una buena dosis de curiosidad, puede convertirse en una de las experiencias más arraigadas, conectadas y físicamente más relajantes que jamás hayas tenido.


Por qué se siente tan bien

Comencemos con la ciencia. Durante su período, el flujo sanguíneo aumenta a su región pélvica. Esa circulación adicional significa más sensibilidad y más placer. Al mismo tiempo, el cuello uterino se suaviza, las paredes vaginales se relajan y el cuerpo produce una lubricación natural.


Y si bien sus hormonas pueden estar fluctuando, no todas están trabajando en su contra. La testosterona (la hormona del deseo) a menudo alcanza su punto máximo justo antes o durante su período, y la oxitocina (la hormona del amor) inunda su sistema cuando tiene un orgasmo. Juntos, crean la tormenta química perfecta para la intimidad y el alivio.


Esas endorfinas que acompañan al clímax pueden aliviar el dolor menstrual y hacerte sentir genial. Los orgasmos provocan suaves contracciones uterinas que ayudan a liberar sangre y tensión, lo que a menudo reduce los calambres y la hinchazón.  


Entonces, sí, el sexo menstrual puede ser más complicado de lo habitual, pero también puede ser más profundo, más cálido y más cargado emocionalmente. Hay una especie de intimidad que surge al ser visto exactamente como eres, sin filtros, sin ediciones, sin disculpas.


Cómo mantenerlo cómodo

El mejor sexo menstrual comienza con una cosa: comodidad.

Eso puede significar iluminación tenue, toallas limpias, música suave o simplemente una larga conversación que termine con un entendimiento mutuo.


Si está con su pareja, hable sobre lo que le parece adecuado. No te disculpes por necesitar un ritmo más lento, una posición diferente o un poco más de tranquilidad.


Si prefieres el orden, pruébalo en la ducha o con una sábana impermeable. El agua añade calidez y tranquilidad, y se encarga de la limpieza antes de que puedas pensar en ello.


Si prefieres quedarte en la cama, las toallas oscuras son tus mejores amigas: sencillas, poco estresantes y sorprendentemente sexys cuando las tienes.


Si estás solo, hazlo sensual, no clínico. Tu período no tiene por qué cancelar tu rutina de autoplacer. Puede potenciarlo. Los baños tibios, la presión suave y los juguetes que proporcionen vibraciones rítmicas pueden aliviar los calambres y aumentar la excitación. Piense en ello como una terapia íntima: un recordatorio de que su cuerpo merece cuidados incluso cuando sangra.


Lo más importante es escuchar a tu cuerpo. Hay días en los que el tacto se siente arraigado y días en los que parece demasiado. Ambos están bien. El placer nunca debería ser una actuación; es una práctica de presencia.


La conversación sobre la limpieza

Seamos realistas: sí, hay sangre, pero eso es parte de lo que la hace tan humana. Todo lo que necesitas son toallas, mantas de época y un poco de preparación. Para muchas, los discos menstruales lo hacen aún más fácil, ya que pueden permanecer colocados durante el sexo con penetración y captar la mayor parte del flujo sin alterar la sensación.


Después, enjuaga suavemente con agua tibia. Hidratar. Cambia tus productos. Abrazo. Come algo salado. Hay una razón por la que el sexo menstrual se siente más cómodo después: libera oxitocina, la hormona del vínculo, que te hace sentir tranquilo, cuidado y un poco feliz.


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